domingo, 15 de noviembre de 2009

Enredadera


Soy un mar de atados. Soy una enredadera. Tengo hojas por todos lados y lianas que se afirman a árboles, sobre mi crece un extraño moho difícil de arrancar. Y me lleno de lianas firmes y otras mas delgadas jugando a correr entre mis neuronas epilépticas. Soy como un mar lleno de algas que flotan libremente y se enredan entre las personas. Eternas que van y vienen, se apropian de un pequeño sector en vez de dispersarse por todos lados y flotar libremente.
Entre pegajosa y superflua, firme y a veces blanda y escurridiza. Ataosa, nudosa, una enredadera interna.

Asociación libre Nº3

Fecha: 26 de octubre.
Motivo: verborrea mental

Estoy jodida. Así de simple. Me doy vuelta en mil ideas cada día, comparaciones, reflexiones, búsquedas de causas- consecuencias, o causalidades circulares eternas que se me hacen agobiantes. No se si será producto de toda esta volada del comportamiento humano, las teorías constructivistas, o de un jugo interno que simplemente NO PUEDO DETENER. Es como una voz interna constante, pensando una y otra vez, sin parar, deteniéndose en cada detalle, en cada idea, palabra, persona… Es como si mi cabeza armara una “Etnografía de la Vida” vista desde la teoría de la Karina.
Me río en la micro mirando por la ventana, a veces puedes encontrarme haciendo mueca rara, frunciendo el ceño de la nada, y otras diciendo una sarta de reclamos al mundo materialista, compulsivo, interesado, corrupto.
Y paso de una sensación a la otra, moviendo en un polo inconstante y variable. No se a que rayos se deba, pero necesito una explicación, así que rebajare mi humanidad interna a una explicación posiblemente denigrante pero necesaria: loca-entera-de-hormonal.
...Y a pesar de esta posible variación de sustancias químicas en mi menudo cuerpo me siento orgullosa de mi naturaleza inquieta, revoltosa, enérgica y apasionada. Al menos por ahora.