jueves, 18 de septiembre de 2008

Dos alternativas para terminar el día.

Bajarse apresuradamente de la micro, sobresaltada por el sueño acumulado que te hace cabecear, cruzar mecánicamente la calle, teclear una clave y hacer el mismo recorrido de siempre, llevan a detenerte en la puerta de tu casa, llave en mano, pensando en qué rayos haces ahí, por qué seguiste ese camino, por qué vas entrando si es tan temprano, si apenas está atardeciendo. Y entonces tienes dos alternativas: dejarte llevar por la flojera resultado de la agobiante rutina y simplemente entrar, cenar comida preparada de tarro, recostarte y hacer zapping mecánico frente a un aparato inerte; o cerrar la puerta, devolverte a comprar en el pequeño negocio de la esquina un par de pasteles y un jugo, cruzar la calle y sentarte a ver el tremendo atardecer que te ofrece la ciudad y despejarte un poco de todo el trajeteo del dia. Lamentablemente nunca me he detenido en la puerta de la casa a pensar en esto y simplemente entro, optando mecánicamente por la primera opción.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Nadie sabe


Quien sabe donde estaré mañana

En qué lugar, espacio, tierra estaré viviendo,

En qué circunstancias,

Qué personas me acompañarán,

Qué tan diferente seré de lo que soy ahora?

Nadie sabe donde estaremos mañana.

Nadie sabe si el que está a tu lado seguirá en su sitio,

O tú en el tuyo.

Qué tan lejos estaré de Uds.,

Qué tan lejos estaré de mi familia, de la gente que mas quiero.

Cuán diferentes seremos, nos reconoceremos de la misma forma?

Si en tan solo un segundo di a parar a este lugar….

Nadie sabe…

Nadie sabe, donde estaremos mañana…

Porque cuando volví ya no éramos los mismos,

Incluso algunos ya no estaban…

Porque cuando volví me di cuenta que mi camino avanza solo

Y a veces al voltearme los siento tan lejos, tan lejos unos de otros.