[Extracto de una especie de "cuento", escrito hace poco. Tarde de una personaje que empieza a reflexionar sobre su vida...Volada del momento...]
"...Entonces fue cuando me puse a pensar y observar mi alrededor, todo lo que había conseguido.Y me di cuenta de algo que no había notado: mi casa huele como a los montajes de decoración de las grandes tiendas, entre desinfectante, desodorante ambiental, lustramueble y tela nueva. Mi closet está perfectamente ordenado y tiene separación para la ropa de invierno y verano. En mi refrigerador solo hay jugo natural, frutas, verduras y pollo. Incluso hay algo que nunca me ha gustado, pero se supone que hace bien: jugo de soya. En el baño tengo cremas para todo (arrugas, anti-edad, anticelulitis, de dia, de noche y para las ojeras), perfumes ricos y jabones naturales que no dañan la piel. Mi casa parece una revista de decoración, mi closet un armario de grandes tiendas, mi baño, la sección de cosméticos de una farmacia. Es todo tan perfumadamente plástico y ordenado. Todo en su sitio, todo perfecto. No me puedo acostar en mi cama sin ensuciarla, no me puedo sacar los zapatos sin resfriarme, No puedo salir a la calle sin protector solar.
Y de qué me sirve si vivo sola? ¿Si no tengo a nadie a quien sonreirle con estos dientes blancos producto de que cambio el cepillo todos los meses y visito a mi odontólogo tres veces al año? Para qué tanto orden y cosa linda si solo está para contemplarla y no para vivirla? Desearía tener todo desordenado en mi vida para que se note que comparto con gente. Podrían venir mis sobrinos a visitarme y asi si viera el tapiz sucio sería porque ellos jugando derramaron yogurt en él. Si los cajones estuvieran abiertos, la radio prendida y la loza amontonada es que no estoy sola, tengo gente a mi lado y no solo olor a limpio, olor a nada. "
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